Hoy
continuaremos extendiendo algunas ideas clave que pueden ser tenidas en cuenta
a la hora de tomar la decisión de implementar un CMS en una organización. Siguiendo
con la clasificación planteada en una de nuestras publicaciones anteriores (¿Cómo empiezo?), estos son los requerimientos restantes.
Hacer
publicaciones:
Consiste
en generar las páginas finales a partir del contenido almacenado en el
repositorio. Todo lo relacionado con la apariencia debería poder ser manejado
independientemente del contenido. Para ello puede ser útil:
• Usar
hojas de estilo: Facilitan el control del diseño de la apariencia, de una
manera muy flexible.
• Usar plantillas: Aportan un diseño y una distribución preestablecida para quienes se les dificultan los aspectos técnicos de esta
parte.
• Ser extensible y soportar múltiples formatos: Debe ser
posible publicar diferentes formatos, como html,
PDF, multimedia, y poder agregar
funcionalidades adicionales en la medida en que se requieran.
• Recolectar estadísticas: Es buena práctica tomar
estadísticas de uso, como cantidad de visitas, páginas más vistas, búsquedas
frecuentes, etc.
Presentar el contenido:
Es
importante que las páginas publicadas cumplan ciertos estándares para
enriquecer la experiencia de los usuarios que las visitan y cumplir el objetivo
propuesto. Algunos de ellos son:
• Usabilidad: Relacionada con la facilidad de uso, de aprendizaje y eficiencia, garantizando
una navegación efectiva.
• Accesibilidad: Que permite a cualquier tipo de usuario (en especial si
tiene, por ejemplo, alguna limitación visual) acceder al contenido.
• Poder ser desplegada en la mayoría de navegadores y rápidamente.
• Evitar depender de tecnologías como JavaScript o Flash.
Contratos y Negocio:
Un CMS requiere,
como todo proyecto, cumplir con los requisitos ordenados por la gerencia de
proyectos y alinearse al negocio. Algunos requisitos importantes que deben
ofrecerse con la compra de la solución, son:
• Estar
soportado por documentación que oriente cada uno de los roles y los capacite en
su uso.
• Establecer un período de garantía.
• Pactar un contrato de mantenimiento.
• Definir los recursos de software y hardware necesarios.
• Ser escalable.
Como
hemos mencionado, los requerimientos que sugerimos no son los únicos y no necesariamente
aplican para todas las organizaciones, pero constituyen una guía que nos puede
orientar cuando no sepamos cómo empezar. ¡Esperamos sus comentarios!
Bibliografía: http://www.steptwo.com.au/papers/kmc_evaluate